2020 nos deja con la celebración
en suspenso de los 20 años del Ecomuséu Ca l’Asturcón,
inmersos en la incertidumbre iniciada el pasado mes de marzo que no parece escampar y nos obliga a replantear muchos de nuestros proyectos, y ante nosotros el reto de los #10añosHórreoAventura desde su puesta de largo en 2011.
De nuevo una celebración que sin dudas será extraña en estos tiempos de pandemia y con el necesario cuestionamiento del turismo que se desarrolló en esta última década, a espaldas de aquel Plan del Turismo Horizonte 2020 que quería poner mesura y planificación ante la crisis climática y acabó fagocitado por la crisis del 2008 y por su posterior ciclo expansivo de aprovechamiento masivo de los recursos naturales y culturales, junto con la precariedad laboral, que recorrió todo el país durante la última década y que nos trajo hasta aquí.
Después de la presentación del proyecto en el marco del "Laboratorio de Innovación Turística" organizado por la Dirección General de Turismo (2009) y haber conseguido en 2010 el Diploma de Plata en los premios otorgados por la Dirección General de Turismo, pensábamos que los Programas de Turismo de Experiencias aprobados en 2011 suponían un nuevo rumbo liderado desde el Gobierno del Principado que consideraba en su Resolución oportuno impulsar para que “Asturias se sume a esta (nueva) corriente, y para ello se ha contemplado ordenar adecuadamente la oferta de experiencias que el sector turístico está ofreciendo al mercado”.
No obstante, más allá del mero proceso de regulación de Hórreo Aventura en el marco de esa Resolución, una vez superado el fondo de la crisis económica de la época, parece que esa “nueva estrategia” turística se olvidó por completo de las “actividades y servicios de carácter turístico basados no sólo en infraestructuras y elementos de la oferta básica turística, sino en el disfrute de vivencias o experiencias relacionadas tanto con la calidad y la acogida como con el contacto directo con la naturaleza, el paisaje, la historia, la cultura, y los habitantes del Principado de Asturias” tal como pretendían esos Programas de Turismo de Experiencias.
Y ahora con los avances de la Mesa del Horru de la Consejería de Cultura en base al Documento Marco de recomendaciones sobre la gestión de bienes patrimoniales de carácter etnológico: hórreo y paneras, de Cristina Cantero Fernández, para la preservación de este legado queremos mirar hacia el futuro y pensar que la celebración de los #10añosHórreoAventura en 2021 puede coincidir con una nueva etapa en clave constructiva hacia el reconocimiento de la singularidad del hórreo en el paisaje rural asturiano, y la necesidad de impulsar usos compatibles con la “especificidad que le confiere una capacidad sin precedentes para significar el todo (Asturias) a partir de una parte (el hórreo), de modo similar a la metonimia”, tal como afirma Cristina Cantero.
Nos preocupa sin embargo las expectativas desmesuradas de conservación de los más de 20.000 hórreos asturianos mediante su transformación en alojamientos turísticos, por muy singulares que se quieran definir, tal como propone el Documento Marco, y para empezar sería pertinente responder a dos preguntas:
1- Se habla de permitir la integración de hórreos en alojamientos rurales hasta un 50% de su capacidad alojativa que según datos oficiales cuenta con más de 9000 habitaciones (sin contar las 1000 viviendas vacacionales).¿Es viable la aparición en Asturias de un incremento de la oferta alojativa ya existente con hasta 4500 habitaciones adicionales en formato de hórreo si observamos el crecimiento ilimitado de la oferta de turismo en el medio rural que desde luego no siguió el escenario sostenible propuesto por el Plan del Turismo Horizonte 2020 y el paulatino estancamiento del grado de ocupación media antes de la pandemia?
Por otra parte, la propuesta de crear un alojamiento rural singular asociado al Camino de Santiago, implica una estrategia de desarrollo rural que olvida una vez más el potencial de las actividades productivas tradicionales (agroalimentación y artesanía) como
ocurrió con la oferta de turismo rural en Asturias estos últimos 30 años, y en
esta ocasión en torno al elemento identitario quizás más representativo de la ruralidad de
nuestro territorio. En un momento además donde está a la orden
del día el despoblamiento rural y el abandono de las actividades productivas para lo cual se quiere movilizar ingentes recursos y "reconquistar la aldea" como propone Jaime Izquierdo, recién nombrado Comisionado para el Reto Demográfico del Principado de Asturias.
Por ello, y para potenciar lo AGRO, seguiremos apostando por el mantenimiento del uso multifuncional del hórreo en el marco de una granja
familiar de producción agroalimentaria y artesana como una vía coherente con su conservación en su faceta versátil de almacén de
alimentos y hospedador de actividades de ocio y cultura y/o viajeros con
voluntad de integrarse en una granja. Y desde la perspectiva de la creciente búsqueda de prácticas responsables y vivencias auténticas como principal
motivación de turismo ecológico o ecoturismo, el hórreo multifuncional acorde
con su estructura tradicional y usos consuetudinarios, responde a una auténtica
singularidad turística acorde con la conservación de “un patrimonio que permita
mirar el pasado sin cultivar la complacencia y la satisfacción, invitando al
asombro, al sobrecogimiento, provocando inquietud y conmoción, (...) un patrimonio no de poseedores y sedentarios, sino de desposeídos y
nómadas” como dice Antonio Ariño Villarroya.
Seguiremos por lo tanto proclives al principio de precaución, con la esperanza de que los #10añosHórreoAventura nos
permita vislumbrar sendas que apuesten realmente por la sinergia entre conservación y
reactivación acorde con los ODS que marcan el horizonte de la década que
iniciamos este 2021.
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