Ir al contenido principal

30 años de Turismo Rural

 


El turismo rural nace en 1991 en Asturias con la pretensión de impulsar el desarrollo rural de nuestras aldeas amenazadas por el abandono de sus actividades tradicionales y el incesante despoblamiento.

El Consejo de Gobierno en su reunión de 20 de febrero de 1991, aprueba el DECRETO 26/91 por el que se crea y regula la modalidad de Alojamiento Turístico, denominado "Casa de Aldea" que aparece en el BOPA del 16 de abril, en periodo electoral autonómico de 1991 y como despedida del último gobierno de Pedro de Silva, y en cierta medida gracias al ineludible compromiso de AMCA (Asociación de Mujeres Campesinas de Asturias)  lo que permite recoger que el/la titular “habite en el medio rural próximo y trabaje preferentemente en el sector agrícola o ganadero”.

Si además añadimos la aprobación de la Ordenanza de los Campamentos de Turismo con el DECRETO 39/91 del 4 de abril, que prevé la instalación de “tiendas o caravanas en los terrenos pertenecientes a casas rurales habitadas permanentemente, dedicadas en todo o en parte a explotaciones agrícolas o ganaderas con ocupación permanente de sus titulares” (Art. 50 y 52), se daban las condiciones óptimas para iniciar un proceso acorde con la consolidada experiencia francesa arraigada a la cultura campesina.




Fueron 9 las Casas de Aldea de aquella campaña 1991 y después de las elecciones de mayo, vieron cómo se frustraban las expectativas iniciales con una paralización del proyecto durante el bienio negro del Petromocho (1991-1993) hasta la aprobación de la RESOLUCION de 26 de abril de 1993, que desarrolla el Decreto de 1991 y reorienta el proyecto hacia la “calidad de los servicios hosteleros” y se desvincula del sector agrícola y ganadero, eliminando la preferencia de residir en la aldea. Se abrió un nuevo periodo con la misión errática de las cabras de Cachemire en su devaneo por nuestra ruralidad maltratada, y con el crecimiento exponencial bajo criterios que se alejan de la fijación de población, la multifuncionalidad del medio rural para su conversión en un área de servicios fruto de inversiones rentables y divertidas sobre el patrimonio rural y natural que sintetiza esta reseña del exitoso portavoz mediático del momento (El Mundo, 1996): “Convertir un antiguo molino en restaurante o una finca abandonada en recinto de deportes de aventura es posible. Pero todavía es más fácil si aprovecha las subvenciones europeas, de la Administración central o de las comunidades autónomas. Ser empresario de un negocio de turismo rural puede ser hasta divertido. Casi todo vale: desde la hostelería hasta un campamento infantil o un simple lugar de observación de flora y fauna. Pero debe estar atento a las diferentes legislaciones de cada comunidad autónoma y observar la que a usted le afecte.” 

Y en cuanto a la opción de “acampar en casa rural” fue probablemente uno de los secretos mejor guardados durante el tiempo necesario hasta el cambio de normativa de los campamentos de turismo el 4 de abril de 2007.


De Taramundi a Moal

Han pasado más de 35 años desde que Venancio Bote del CSIC, por encargo del gobierno de Pedro de Silva,  propusiera una pequeña estructura turística y centro social en la rectoral de Taramundi para dinamizar esa aldea en peligro de extinción. 

En la celebración del 30 Aniversario de “Asturias, Paraíso Natural” los responsables en las instituciones de la época repasaron la creación del eslogan y el desarrollo del turismo en Asturias desde Taramundi y la puesta de largo del Hotel La Rectoral. “Venancio Bote no entendió la viabilidad de abrir un hotel de cuatro estrellas, de primera categoría, en una zona deprimida y se apartó. El Gobierno del Principado siguió en solitario” bajo la supervisión más ambiciosa de Fernando Gallardo, en el año 1985 jefe de gabinete del consejero de Obras Públicas, Transportes y Turismo, Pedro Piñera.




Así se inician cerca de 30 años de “hoteles con encanto” representados por la Marca de Calidad “Casonas Asturianas” desde el año 1994 a la que seguiría la Marca de Calidad “Aldeas” de “casas rurales con encanto” a partir del año 2003, y que ilustra con este titular la prensa regional: “las razones del éxito del turismo rural asturiano con sus 38 establecimientos que forman parte de esta marca de calidad”

Sin embargo, “una aldea que solo sea gente que viva allí y turismo rural, sin que nadie cultive nada, no es una aldea”. Así al menos piensa Jaime Izquierdo, nuevo comisionado para el reto demográfico, que apuesta por un nuevo proyecto generador de una nueva economía que active los territorios rurales desde Moal en Cangas del Narcea.

Un proyecto que acaba de ponerse en marcha como la propuesta del modelo agroecológico de la aldea del siglo XXI, liderada por una cooperativa de base territorial, que empezará por recuperar uno de los cinco bares tienda que llegó a tener Moal hace décadas y que parece acercarse a lo que Venancio Bote pretendía para Taramundi en los 80.

Esperemos que en Moal se corrija lo que al menos en fijación de población y producciones agroecológicos no se consiguió en Taramundi, que siguió perdiendo el 50% de su población a lo largo de estos últimos 35 años de turismo, igual que en periodos anteriores e igual que los municipios rurales sin actividad turística destacable en nuestro entorno regional.

Desruralización del turismo rural

De las 9 primeras Casas de Aldea de hace 30 años sólo quedan 5 según datos de Turismo Asturias:  Casa Paco (antiguamente Casa Pilar, CA0002) en Arrojo-Taramundi, La Quintana de la Foncalada (CA0005) en Argüeru-Villaviciosa, Casa Bolero (CA0006) en Canero-Valdés, L’Ileja (CA0008) en San Esteban-Peñamellera Baja y A’ Cantina en Labiarón- San Martín de Oscos.

Y aunque en su conjunto destacan por la permanencia de su vinculación con el medio rural, no es de lejos representativo de las más de 1.100 Casas de Aldea que probablemente no alcancen el 3% con especialidad de agroturismo, y aún menos si nos referimos al conjunto de los aproximadamente 1.900 alojamientos de turismo rural (hoteles, apartamentos rurales, casas de aldea), ya que según la Ley de Turismo de 2001 (Art. 37), “con independencia de la modalidad de alojamiento de turismo rural adoptada, la especialidad de agroturismo se aplicará a los establecimientos que estén integrados en explotaciones agrarias, ganaderas o forestales que, junto al hospedaje, oferten servicios generados por la propia explotación”.


El rápido abandono de la vinculación de la Casa de Aldea (o la opción olvidada de acampada en casa rural) con la actividad agraria o ganadera, la escasa o nula presencia de la especialización de agroturismo en la estrategia turística institucional o el desvanecimiento de los Programas de Turismo de Experiencias aprobados en 2011, explican en gran medida el alcance de la desruralización del turismo en el medio rural y su poca aportación para revertir los procesos de despoblamiento rural.

Desde esa perspectiva, analizando el “Documento Marco de recomendaciones sobre la gestión de bienes patrimoniales de carácter etnológico: hórreos y paneras”, de Cristina Cantero Fernández, (2019), y con la vista puesta en la posible conversión del hórreo “símbolo étnico-identitario” de nuestra ruralidad en vivienda o alojamiento turístico rural, perdiendo así la versatilidad multifuncional de usos consuetudinarios que perduraron durante siglos en Asturias, podría ser el (pen)último asalto desruralizador en los procesos de desarrollo rural basados en la transformación del patrimonio rural en infraestructuras turísticas.  

Un paso más en ese camino de la banalización que resalta Antonio Ariño Villarroya en "la patrimonialización de la cultura y sus paradojas postmodernas" (2009): "Así lo rural para consumo de gentes de la ciudad, de alguna manera, es urbanizado; los rituales, espectacularizados; la gastronomía, sometida a procesos de denominación de origen; la artesanía, certificada. Por tanto conservar bienes, prácticas y objetos, supone estandarizarlos con criterios homogéneos, burocráticos y técnicos"  



La foto de portada es una obra de arte en azabache de Villaviciosa del maestro Lise (2001)


Comentarios

Entradas populares de este blog

«Las casas de aldea han ido perdiendo su identidad»

Ecogranja. Ovetense de aldea, se crió y educó en Suiza. Fue pionero en abrir una casa de turismo rural en una zona donde hoy proliferan. Enfocó su proyecto hacia un modelo de alojamiento que apuesta por la singularidad enraizada en el territorio y su cultura. PABLO ANTÓN MARÍN ESTRADA Es la mañana más lluviosa de todo el verano y  Severino García   nos recibe bajo el hórreo, el núcleo simbólico y material que define la fase actual de la empresa familiar que creó en Argüero hace más de tres décadas.  Pionero del turismo rural en Asturias ( "abrimos en el 91, éramos unos 9 en toda la región") rehabilitó una vivienda mariñana con finca para transformarla en Casa de aldea con el nombre del lugar: La Quintana de la Foncalada . Una década después, el alojamiento evolucionó hacia el concepto de ecomuseo y de ecogranja con animales de razas autóctonas, una apuesta que en los últimos años ha ido depurando hacia la esencia de la identidad cultural del territorio con el granero tradi

Hilvanando sueños

Microteatro en el hórreo  volverá en junio de 2022 bajo un nuevo formato, con la puesta en escena de obras basadas en nuestra experiencia y los valores que la identifican. Será una programación especial para los fines de semana del mes de junio de la que os iremos informando estos próximos meses. Si aún no sabéis si os será posible compartir con nosotros esa nueva cita, tenéis la oportunidad de asistir a su estreno en Microteatro Madrid  el 4 de enero (también el 5, 18, 19 y 25) donde sin duda el buen hacer del equipo formado por el director Sergio Coronado y las actrices Paula de la Mata y Patricia Molero, os trasladará a Gran Vía la esencia del hórreo del Ecomuséu Ca l' Asturcón.  Una aldea de la Asturias vaciada . Dos mujeres, dos generaciones que empiezan a tejer redes entre pasado y presente para elaborar la trama del relato de la nueva ruralidad .  A los que vivimos en la España vaciada,  no nos gusta un pimiento esa denominación por la connotación derrotista y subsidiada de

Junio, antesala del verano

  A punto de finalizar la " primavera más cálida de la historia" , para nosotros junio se define por los últimos preparativos de la finca del Ecomuséu Ca l'Asturcón a cargo de nuestro rebaño de oveyas xaldas , la burra y los asturcones para controlar la explosión estacional.    Como estos últimos años, sometemos nuestro entorno del ecomuséu y la casa rural La Foncalada a un pasto intensivo durante este mes de junio. El rebaño de oveyas xaldas por su lado permanece unos días para el esquileo anual y la limpieza entre los manzanos de sidra.  Hoy finalizaron su estancia con nosotros para regresar a la nueva finca Ca Viesca que estuvo descansando el pasado mes de mayo.  El grupo de la burrita Fleki y los veteranos asturcones, Tilo y Lupo , suelen permanecer todo el mes hasta principios de julio para limpiar la mayor parte de la finca en torno al alojamiento rural, ya que son nuestros gestores prioritarios del paisaje de nuestro proyecto. Su permanencia dependerá en gran